Adjunto el texto de la meditación nº413 contenida en el Tomo 4º de los libros de meditaciones que se usan en los cntros del Opus para llevar a la oración. He vuelto a releerla y me he parado en una frase que no recordaba y de la que nunca fuí consciente… no sé si alguna vez se leyó en los centros por los que pasé. Sinceramente no lo recuerdo, pero me he quedado pensativo….reproduzco el párrafo:
Han venido a decirnos que es la hora, y llega un sacerdote de Casa para atendernos. ¡Qué consuelo abrir una vez más el alma a un hermano tuyo —yo a un hijo mío— con quien has sido siempre sincero! Hacemos una confesión clara, entrecortada y breve. Con caridad sacerdotal nos van ayudando, para prepararnos mejor al abrazo de Dios: ¿y esto?, ¿y esto?, ¿y esto?—Sí, sí, también. Luego nos imponen una pequeña penitencia: di conmigo: Ave María Purísima, sin pecado concebida. A continuación, nos imparten la indulgencia plenaria in articulo mortis. EL MÉDICO DICE QUE NOS VAMOS, Y SALE A BUSCAR UNA INYECCIÓN… Tus hermanos vienen desde el oratorio, donde están rezando, con velas. Han llegado desde el Centro donde se guardan los Santos Óleos, para que nos administren la Extremaunción.